La memoria de Alcaldía expone el análisis y los principios políticos del presupuesto. El texto repite párrafos completos de la memoria de 2009 de su antecesor en el cargo, pese a que les distancian 35 millones y casi una década.
Los presupuestos que el gobierno socialista quiere aprobar el próximo martes con un pleno extraordinario cuentan con alguna que otra muestra de que lejos del “tiempo nuevo”, el calificativo más apropiado para esta época política se acerca más al “Día de la Marmota”.
Poco menos que esa ha sido la sensación obtenida por los Andalucistas de Alcalá al detectar durante el proceso de estudio y análisis del proyecto de presupuestos municipales de 2017, que había “ideas y frases literalmente calcadas” en el que debe ser uno de los documentos más relevantes de todo presupuesto: la memoria de Alcaldía, en el que el primer edil de un Ayuntamiento explica en qué basa sus cuentas y qué senda marca con ellas.
En este breve pero explicativo texto, se argumentan y explican los objetivos y metas concretas que sustentan la planificación económica anual que se propone aprobar. Se persigue con él dar a conocer las motivaciones que tiene un determinado proyecto presupuestario, y nombrar en pocas líneas, qué resultados se espera obtener con la aplicación de la citada planificación económica. “Esta es la teoría de lo que debe significar esta memoria, pero la práctica nos ha demostrado que no tiene el mínimo interés ni por parte de la persona que lo firma, y que es la alcaldesa de Alcalá”.
La mencionada Memoria de Alcaldía de los presupuestos 2017 -los primeros de Ana Isabel Jiménez como alcaldesa- y el mismo documento de 2009 de su antecesor en el cargo, Antonio Gutiérrez Limones, “presentan verdaderas similitudes en sus principios, y en sus resultados, pese a que son dos décadas distintas, y dos situaciones sociales y económicas diferentes”.
Mismas frases para 4 que para 50 millones de inversión
Las mismas palabras que en el año 2009 sirvieron a Gutiérrez Limones para dar sustento a unas cuentas de 111 millones de euros con 50 de ellos destinados a inversiones, le sirven en 2017 a Jiménez para un presupuesto de 75 de los que sólo se destina a inversión unos testimoniales 4 millones de euros.
Si se analizan los ingresos que en 2009 Limones mencionaba en su memoria, 35 millones procedían de tasas y otros ingresos, 22 de impuestos directos y 18 de transferencias, entre otros. Por contra, en 2017, Jiménez prevé sólo 9,8 de tasas y otros ingresos, casi 39 millones por impuestos directos, y poco más de 355.000 euros de transferencias de capital.
Con un sencillo vistazo se aprecian drásticas diferencias en ingresos, e inversiones, sin embargo, si leemos ambas memorias, se repiten argumentos como que “el documento presupuestario presentado ha pretendido en todo momento, plasmar aquellos compromisos adquiridos con nuestra ciudad, debiendo contemplarse como un instrumento que pretende establecer las bases de un municipio próspero con claras ventajas competitivas que, especialmente en un contexto de crisis económica apuesta por aprovechar al máximo las oportunidades y aún las posibilidades legales para mejorar nuestro posicionamiento en el contexto económico regional, como ciudad de bienestar, progreso social y sostenibilidad” como dice el literal del documento.
“Con esta memoria, la alcaldesa actual interpreta que la situación de bienestar, progreso social y sostenibilidad ha debido cambiar tan poco como lo han hecho los párrafos de la memoria de 2009”, señalan los andalucistas.
Sin embargo, lejos de poder explicarse como un simple despiste, la memoria 2017 señala igual que Limones en 2009 que las cuentas van en una clara “sintonía con los objetivos planteados para este mandato, con estos presupuestos ponemos las bases para conseguir un medio urbano más solidario con todos sus integrantes, con una mayor calidad de vida para todos los ciudadanos, a través no sólo de mejoras operativas en el funcionamiento de los servicios públicos, sino también con un plan de inversiones” de contenido “medioambiental, social, cultural y de infraestructura”, prosigue el literal.
Esto significa para los Andalucistas de Alcalá que “a todas luces, los objetivos y los análisis de la realidad de una ciudad no son los mismos una década después” por lo que apuntan a que “o la alcaldesa no se ha tomado en serio su propia memoria de los presupuestos 2017, o directamente no es el puesto lo único que ha heredado de Limones”.
Por todo ello, los Andalucistas solicitan “una revisión seria de las cuentas para el próximo año, y un trabajo sosegado, contando con las opiniones de los técnicos municipales y con el resto de una sociedad que, aunque no lo sepa, ha cambiado y mucho desde 2009 hasta hoy”.