Ramón Ramos, concejal andalucista, a las mujeres de Servialco:

Es cierto que con vuestra forma de hacer las cosas habéis alimentado algo más que el cuerpo de muchos de nosotros.

He oído vuestras risas y ajetreo cada mañana. Vuestros cánticos animaban esos lunes a viernes que, a veces, se hacen eternos en la espera de que llegue el final de la jornada o que aparezcan clientes a los que entregarles tu buen hacer profesional.

He visto cada día como vuestro esfuerzo se invertía en elaborar comidas que se repartían por viviendas y familias, que hacían de la cooperativa con más antigüedad y pionera en el servicio de comida a domicilio en prestación social (¡ahí queda eso!), el sustento económico de cuatro familias que desarrollan su labor con una mezcla de profesionalidad y dulzura que sólo se da en quien se cuida de asistir a quien lo necesita.

He olido como, desde bien temprano y con el tintineo de utensilios, se iban elaborando esas materias primas hasta convertirse en bocado casero que se colmaba de cariño para conseguir que quien lo recibiera se sintiera acompañado en su comida familiar.

He sentido cómo un simple botellín, puesto ante mí con alegría, sabía mejor por la sonrisa que lo acompañaba. Como una simple palabra de saludo se convertía en el pie de una conversación que aliviaba a quien se acercaba a compartir con vosotras la barra en el que apoyarse en cualquier momento.

He degustado un desayuno sencillo a diario que me reparaba las fuerzas lo suficiente para que el quehacer matutino fuera más ligero…aunque quizás no era tan sencillo y suponía la espuela vital, contagiada de la vuestra, para el resto del día.

Ahora dejáis huérfanos el Centro de Servicios Sociales del Callejón del Huerto. Una cocina con sus cacharros se quedan sin esas manos que los hacían útiles y aún más vivos. Más de veinte años no es nada, o han pasado en un suspiro y ahora vosotras, las de SERVIALCO SDAD COOP. ANDALUZA, por un mero tecnicismo, legal a todas luces, os quedáis sin un trabajo, sin vuestra vocación y ocupación de servir una comida de la que salía vuestro mismo plato, señal inequívoca de naturalidad y calidad.

Vosotras y nosotros hemos comido muchas veces de la misma olla. Quizás la injusticia administrativa de no valorar la dedicación y experiencia cercana al usuario del servicio ayudó a ello. Es cierto que con vuestra forma de hacer las cosas habéis alimentado algo más que el cuerpo de muchos de nosotros. Gracias por todo…en estos más de veinte años.

Ramón Ramos Gandul

Concejal Andalucista

Diciembre de 2013